sábado, 19 de noviembre de 2016

Corzos del Cerrato

Mañana de niebla, paseo fotográfico de unos 6 km por el Cerrato Palentino.

Bajo del coche con el páramo envuelto en una espesa niebla que no deja ver más allá de 30m.
Cargado con mi 60D y mi Sigma 120-400 comienzo a patear el monte en silencio, acechando a cualquier ser vivo que se deje ver en un paisaje sin contrastes y una humedad que cala los huesos.

El sigilo de mi avance y los cinco sentidos excitados me permiten detectar una sombra entre la niebla, un bulto un poco más contrastado que se mueve tranquilo y despacio.
Es el primer corzo de la mañana que permanece impasible tras una cortina de niebla a unos 40m de distancia. Poco a poco, pastando, se introduce en el bosque y desaparece.

Mi caminar me lleva al borde del páramo desde donde se abre un nuevo paisaje todavía entre la bruma que poco a poco se va esfumando.
Toda la vegetación rezuma agua y mi ropa también, no llueve, pero como si lo hiciese...

Desciendo hacia el valle por la ladera de un monte cerrado y denso, al que la niebla le da un toque fantástico, como de duendes.
Me paro unos minutos a escuchar el silencio de este lugar y se oyen unas pisadas entre la hojarasca húmeda. Un fantasma se mueve entre la espesura y solo se deja ver lo que el quiere, que es ni más ni menos lo que pude plasmar en esta foto.
Ya llego al fondo del valle pero sigo avanzando en silencio lo más camuflado posible y con mi cámara siempre preparada para disparar.
Otro par de corzos se alimentan de la hierba en el mismo borde del bosque.
Son sorprendidos sin que ellos me vean, pero el sonido del obturador de la cámara pone a uno de ellos en alerta y clava su mirada en mi, inmóvil y soldado al tronco de un roble.
La niebla todavía me da un poco de ventaja en este juego del escondite, del gato y el ratón.

Cuando vuelvo a subir al páramo, la bruma ha desaparecido por completo y ahora los ejemplares de corzo que sigo observando no se dejan acercar tanto y también en las tierras de cultivo, apenas tengo sitios donde esconder mi figura que ellos tanto recelan.

No obstante todavía puedo hacer alguna fotografía de un grupo de tres que me encuentro descansando y que con mi presencia emprenden la huida.


Si os fijáis, el corzo de la izquierda de la última foto, muestra unos cuernos incipientes...

Esto dio de si esta mañana por el Cerrato Palentino.....

1 comentario:

  1. Sabes muy bien como interpretar una jornada completa. Fantásticas fotos Miguel Ángel.

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